jueves, 27 de mayo de 2010

La educacion novohispana en el siglo XVI

La conquista Espiritual

Consumada la conquista material, luego de la rendición y ocupación de la ciudad de Tenochtitlán, se presento como consecuencia inmediata, la necesidad de una atención a las publicaciones humanas que plantaban tal situación.

Una nueva forma de vida (costumbres, creencias y prácticas de los conquistadores) para los indios que para unos era conquista espiritual y para otros era trasplante cultural.
Se opero un proceso de las relaciones sociales, de la organización política y económica, de las actividades culturales, del lenguaje y la religión.

En este trasplante cultural la educación fue el factor decisivo en la convivencia.

La iglesia en la nueva España

Hernán Cortés, se mostraba como un cristiano ferviente y en su acción como capitán, como gobernante y como hombre, no hizo más que poner en práctica los deseos del Papa y de los Reyes Católicos.

La propagación de la fe católica, el incremento de los nuevos creyentes y la necesidad de su atención espiritual, estuvo a cargo del clero secular y del entorno regular. Clérigos y frailes, fueron promotores, sostenedores e impulsores de la vida religiosa.

Después llegaron los dominicos y los últimos en llegar fueron los agustinos.

Las misiones y el régimen misional

El concepto de la misión tiene un significado muy especial, que rebasa con mucho, el campo religioso, para abarcar todo el sentido humano la vida de los indios.

Las órdenes religiosas o mendicantes, fueron instituciones religiosas al servicio del Papa, que colaboraban con él, de manera universal y rápida, en cualquier parte. Se trata de una forma de vida monástica, que sustituyó al monje, recluido en la soledad campestre de una abadía, por el fraile, que vivía en el convento y fraternizaba con la gente del pueblo o de la ciudad, atendiendo al culto, consolando a los agobiados por el sufrimiento, y dando ejemplo viviente de virtud.
Cuando la vida urbana empezaba a predominar sobre el feudalismo. Se les llamo “mendicantes”, porque sus frailes vivían en un régimen de pobreza.

Los primeros en establecerse fueron los predicadores (dominicos), después los frailes menores (franciscanos) y un poco después los ermitaños agustinos (agustinos).

La “misión” en ella se congregaban frailes y naturales, primero para aprender mutuamente, los primeros, la lenguas, las tradiciones y las costumbres; segundo, la forma de la construcción de las casas, la fabricación de sus vestidos, y su calzado, la forma de preparar sus alimentos, la forma en que se cultiva la tierra, de ejercer algunos oficios independientes. No fue cosa sencilla civilizar a un continente.

“el régimen misional” propone una nueva forma de vida, de la de cristianos como características hispana. Los elementos que utilizo fueron:

*el maestro que fue el misionero; el contenido que fue la cultura occidental española; el educando que fue el indígena y el método, que fue el propio de los misioneros.

Existió una escuela y convento donde, en la escuela todos los niños y trascurrían en ella el tiempo necesario, para que luego los jóvenes, sobre todo los hijos de los caciques o de indios notables, pasan al convento a realizar estudios, casi de nivel universitario. El régimen misional contaba con:

  • El patio.- para las instrucciones de las masas y la practica comunitaria de oraciones aprendidas colectivamente.

  • . Los aposentos.- que eran grandes habitaciones contenidas dentro o anexas al convento, para alojar a los alumnos con carácter de internos y que progresaban en la capacidad de desarrollar servicios a la iglesia.

  • .La capilla.- en donde, además de de las prácticas religiosas, se enseñaban algunos oficios y artesanías, en que los indígenas resultaron muy hábiles.


Los españoles decían que: los indios eran como niños, sinceros, moldeables y sumisos, luego de eso tenían que aprender el habla español y rezar el padre nuestro, para ellos se aplicaron medios didácticos adecuados, sobre todo de naturaleza auditiva visual (mantas, pinturas, dibujo en grande, etc.).



La educación elemental para niños y niñas indígenas


La primera escuela estuvo en Texcoco, su primera misión fue conocer a la gente y aprender la lengua nativa.


Esta no se limito a la escuela de primeras letras y catequistas, si no que se incluyo la enseñanza del canto, y la ejecución de instrumentos musicales. Después se agrego la enseñanza de artesanías, con la pintura y el modelado, que seguramente llego hasta la escultura. También se agrego la enseñanza y la práctica de bailes y danza. Los alumnos de mayor edad y más destacados, desempeñaban labores de catequistas, y aun de predicadores. Se incluyo la enseñanza de oficios, sobre todos encaminados a la fabricación de objetos de uso común, y que por ser de origen español resultaban muy costosos.


La educación no se limito a los varones también niñas indias fueron objeto de una preocupación educativa.

Se organizaron internados para niñas, al cuidado de mujeres piadosas, que para tal efecto envió la propia Emperatriz, a estas niñas indígenas se les enseñaba los rudimentos de la doctrina cristiana y de las oraciones, así como costumbres de bien vivir con honestidad y entrega a las labores propias de su condición de futuras casadas.


Antes de estos recogimientos para niñas, hubo ya en México, al menos un plantel, dedicado a la educación de las hijas de los indios notables.


La educación rural

Se dedico a la producción agrícola principalmente porque significaba una necesidad. Muchachos y adultos indígenas aprendían lectura, escritura, religión, canto y ejecución de instrumentos musicales.

En esta etapa se fundaron los hospitales su primera función como hospital fue cuando se dieron cuenta que a diario amanecían niños indígenas ahogados, los tiraban sus madres recién nacidos o ya muertos, por la pobreza y ruina que les rodeaba y aparte de todo esto para curar las enfermedades de los indígenas.

Pero había un oficio común que todos debían practicar y enseñar: la agricultura. Se obligaba a los miembros de la comunidad a trabajar 6 horas al día y la cosecha se repartía entre todos (evitando vicios como la soberbia, codicia y la ambición).

La educación de las niñas la recibían en su familia, aprendían el tejido de lana, lino, seda y algodón y al orden de la casa.